Granollers reconoce la trayectoria comercial de una decena de establecimientos con los Premis Porxada

La Gala del Comercio Local llega a la quinta edición, promovida por la Asociación de Comerciantes Gran Centre y el Ayuntamiento de Granollers

El Teatro Auditorio de Granollers ha acogido la quinta Gala del Comercio Local, este viernes 20 de octubre con la asistencia de más de medio millar de personas. La gala ha otorgado 13 Premios Porxada distribuidos en 3 categorías: el Premio a la trayectoria comercial, el Premio Honorífico y el Premio al comercio familiar centenario.

Unos premios organizados por la asociación de comerciantes Gran Centre Granollers y el Ayuntamiento de la ciudad, con la complicidad de todo el tejido comercial de la ciudad representado con: Comercio de Arriba, Del Rec al Roc, Som Porxada, Comerciantes Congost Granollers, Más que comercio, Comercio Camino Ral y Centro Comercial Ramassar Nord.

Diez establecimientos premiados por su trayectoria comercial

Los primeros premios de la noche han sido por los comercios que celebran 25 años: las tiendas Ambientes y Calzedonia, también Jo Brand Comunicació y el Restaurant Os Galegos. Han soplado 75 velas de Herboristería Pujol.

A continuación se ha reconocido aquellos establecimientos que traen una trayectoria comercial amplia y relevada de generación en generación. Es el caso de Duran Joiers, con ocho décadas en el centro de la ciudad, y que bajó la persiana el pasado mes de marzo, poco tiempo de la muerte de su propietario, Toni Duran Montserrat, emprendedor, que al margen del oficio de joyero, impulsó otros negocios. Ferreteria Sirvent ha recibido también el Premio Porxada por un negocio que se remonta en 1942, siempre en la calle Joan Prim de la ciudad.

La gala ha transcurrido con momentos emocionantes y llenos de recuerdos, cuando se ha reconocido al cocinero Joan Rovira Gallemí, del Restaurante El Cisne. Desde los años 60 establecimiento gastronómico de referencia en Granollers. Durante la gala se ha recordado los más de 30 años que la familia Rovira Mayol se ha encargado de cocinar el arroz de la Fiesta Mayor de Blancs y Blaus de Granollers.

Más establecimientos galardonados, Garcia Cuevas Joier, por más de medio siglo de este negocio familiar dedicado a ofrecer el mejor servicio y trato personalizado.

El último establecimiento galardonado en la categoría de trayectoria comercial ha sido por Perfumería Colomina, un comercio familiar casi centenario. Tres generaciones han apuntalado un negocio nacido en 1932, que ha ido incorporando productos de cosmética, perfumes, juguetes y papelería, adaptándose a los tiempos. Can Colomina, una tienda de toda la vida en la que la proximidad, el trato, la atención y el asesoramiento marcan la diferencia.

Premio Honorífico a Ca l’Espinasa

Cada edición de los Premis Porxada se otorga el premio honorífico. Este 2023 ha recaído en Ca l’Espinasa. Hornos de pan y pastelería que en marzo cerró sus puertas después de 156 años.

Situado siempre en la esquina de c. Anselm Clavé con la plaza de la Corona la historia de este establecimiento se remonta al año 1867 cuando Josep Espinasa Gesa, de oficio panadero, se casa con Josepa Ribes Palet, viuda y propietaria de una granería. Durante mucho tiempo compaginarían la venta de grano y pan, el establecimiento sería reconocido como Forn de Ca l’Espinasa.

Pasados ​​los primeros años de negocio, en 1910 Espinasa alquiló primero y vendió después el local a Josep Estapé i Roura, de modo que la panadería empezó a ser conocida como Forn de Ca l’Estapé, aunque popularmente todavía se utilizaba el antiguo nombre de Ca l’Espinasa. Con nuevos cambios familiares, el horno pasó primero a manos de Antoni Estapé y Xicota, y posteriormente a su hijo Josep Estapé i Riera, quien en los años 60 del siglo pasado empezó a producir, además de pan, repostería.

En 1980, el empresario harinero Joan Balcells y su mujer, Neus Aleu, compraron el negocio en los Estapé y durante unos meses llevaron a cabo una importante renovación del establecimiento. El negocio familiar, regentado desde el primer momento por los hermanos Ramon y Francesc, y al que después se incorporaron también sus hermanas Dolors, Neus y Maria Jesús, recuperó el nombre de Ca l’Espinasa en recuerdo a su fundador, y se convirtió, además de panadería y pastelería, en una moderna granja bar. Con los años incorporarían también un servicio de comidas para eventos y celebraciones de todo tipo.

Del obrador de Ca l’Espinasa salió la receta del Rajol, el pastelito elaborado con la pasta con la que se hacen las tradicionales “gafas” y relleno de una crema de chocolate con avellana. Este dulce tradicional granollerense nació en 1993, cuando el Ayuntamiento de Granollers, coincidiendo con el 10 aniversario de la Fiesta Mayor de Blancs i Blaus, convocó un concurso entre las pastelerías de la ciudad.

A principios de este año, y después de 43 años de gestión, la familia Balcells tomó la dolorosa decisión de cerrar tan emblemático establecimiento. El importante incremento de los precios de la electricidad y materias primas hicieron que el negocio fuera económicamente inviable.

De ahora en adelante los vecinos y vecinas de Granollers deberemos conservar en el cajón de nuestra memoria olfativa la dulzura característica de sus bizcochos, de sus carquiñoles, de su característico bizcocho, de su chocolate deshecho, de su pan recién horneado , pero sea como sea Ca l’Espinasa siempre formará parte de Granollers y de su historia.

Reconocimiento a las familias comerciales más históricas de la ciudad

La Gala del comercio local ha culminado con los Premis Porxada a las familias centenarias. Esta edición se ha reconocido a la familia Badia, por la empresa Badia Correduría de Seguros y la familia Baró, por Edificaciones Baró, empresa familiar dedicada al sector de la construcción. La quinta edición de los Premios Porxada han contado con la música de Veus-Cor Infantil Amics de la Unió de Granollers.

Reseña de cada familia centenaria

FAMILIA BAHÍA – Bahía Correduría de Seguros

La empresa nació en 1923, hace cien años. Su fundador fue Lluís Olivé Grau, que entonces era mayorista de grano. Él firmó el contrato de colaboración con la compañía de seguros francesa Abeille Paix Vie. Los primeros contratos eran para bienes relacionados con el mundo rural: una tartana, un pajar, un carro…

Según la documentación de la que se dispone, el primer bien asegurado fue el carro de un masovero de la finca Can Granota, situada en la Torreta. La segunda póliza fue un seguro por accidentes al señor Ripoll, tratando de ganado.

Por aquel entonces los seguros eran una rareza. Por eso el señor Olivé y su asociado y yerno, Manuel Badia Duran, tenían que ir a encontrar a los posibles clientes. El mejor sitio era el popular mercado de Granollers de los jueves, bajo la Porxada. Allí se hablaba con el campesino, se apalabraba el seguro y a continuación se debía firmar el contrato en el domicilio del interesado. Poco a poco la idea empezó a cuajar y se extendió entre las pequeñas industrias y servicios, como talleres, garajes, constructores de obras,….

En 1947, el crecimiento de la actividad ya había comportado que las oficinas de la c. Josep Umbert que ocupaba la aseguradora se quedaran pequeñas. Fue en 1949 cuando la Correduría de Seguros Bahía, todavía con el nombre de “Seguros l’Abeille” se trasladó a la actual sede ubicada en el edificio emblemático de la plaza de la Corona 17, conocido con el nombre de Casa Paula Piñol, edificio de gran valor arquitectónico de estilo ecléctico construido en 1900 por el arquitecto Manuel Guitar i Codorniu. La planta baja de la finca ha sido desde entonces la sede de Badía Correduría de Seguros.

Con la llegada de la tercera generación la aseguradora siguió avanzando con el refuerzo que supuso la obligatoriedad del seguro del coche. Josep Lluís Badia se hizo cargo de la aseguradora en 1958, y la lideró hasta la segunda década de este siglo, cuando cedió el relevo a la cuarta generación, familiar, sus hijos Manel y Anna Badia Almirall .

Con todo, en 2012 llegaría al negocio familiar la quinta generación con Manel Badia Basolí, año en que la empresa entra a formar parte de la asociación Willis Network, para dar servicios a sus empresas en el ámbito estatal e internacional .

Badia seguros ha estado siempre muy vinculada a la ciudad y la comarca colaborando con eventos como la feria de la Ascensión o entidades como el Museo de Granollers o el Balonmano Granollers.

Para Badia Corredoria de Seguros los clientes han sido siempre el primero y su razón de ser. Su objetivo es ofrecer un servicio integral y de calidad con una orientación personal de todos los seguros. En la actualidad cuentan con más de 2.000 clientes y trabajan con más de 40 compañías.

FAMILIA BARÓN – Edificaciones Barón

Más de 180 años construyendo la ciudad

Edificaciones Baró es una empresa familiar con una larga trayectoria en el sector de la construcción.

La primera referencia histórica la encontramos en el libro de actas del Ayuntamiento de Granollers del año 1842 donde se pedía a Fèlix Baró Grau que volviera a poner las puertas de las murallas para proteger la ciudad de los delincuentes. Sin embargo, la familia conserva documentación aún más antigua en el que Gabriel Baró (padre de Fèlix) dejaba en herencia sus herramientas de la construcción. A él le sucedieron sus familiares en una estirpe de “maestros de obras”: Félix, José y Alfred; tatarabuelo, bisabuelo y abuelo, respectivamente.

En 1878 el bisabuelo Josep Baró, de oficio contratista de obras, fue el cofundador de la primera compañía de bomberos municipales de Granollers, cuando estaba constituida mayoritaria y voluntariamente por trabajadores del ramo de la construcción. Y era el abuelo Alfred Baró quien contrataba a menudo al insigne arquitecto modernista Manuel J. Raspall para dirigir algunas de sus obras.

La industria de fabricación de baldosas, ladrillos, ladrillos y tejas fue importante en Granollers durante gran parte del s. XIX y XX. En las tejas y hornos de obra elaboraban los materiales para proveer las edificaciones que se levantaban. La familia Baró disponía de un tejar en la c. Girona, con su prominente chimenea, situada en el espacio donde actualmente se encuentra el pabellón del Club Baloncesto Granollers.

Sería la quinta generación con Manel Baró Montañá, padre de los actuales propietarios, y aparejador de profesión, el que fundaría en los años 60 del siglo pasado la empresa Edificaciones Baró. Empresa que estuvo ubicada en la c. Josep Umbert hasta principios de los años 2000 cuando trasladó su sede a la Plaza Onze de Setembre.

En el sector de la construcción, Edificaciones Baró se ha ganado una buena reputación en la ciudad después de haber realizado a lo largo de todos estos años importantes obras, siendo su legado arquitectónico presente en muchos rincones de la ciudad. Paseando por Granollers podemos constatar anteriores actuaciones de restauración en la iglesia de Sant Esteve, en el interior de la Casa de Cultura San Francisco, en la planta baja del Ayuntamiento (donde encontraron el refugio antiaéreo), y varias casas del s. XVI del casco antiguo de la ciudad.

Edificaron también los conocidos edificios de la Mutua de Nuestra Señora del Carmen; el pabellón de baloncesto de la c. Gerona; el Centro Geriátrico Adolf Montanyà o el primer edificio de urgencias del Hospital General de Granollers, las pistas de atletismo, o las cubiertas de algunas naves de Roca Umbert entre otras.

Obras más recientes son: Ca La Paulina (el “bar pequeño” de la plaza de los Cabrits), el edificio del Drac’s de la calle Santa Esperanza o la actual obra construida en los solares de la antigua casa de Can Relats, en la c. Obispo Grivé.

Edificaciones Baró ofrecen servicios integrales a todo tipo de proyectos de construcción buscando siempre las soluciones técnicas más adecuadas en cada momento. Su experiencia, de más de 180 años, es sinónimo de garantía y compromiso. Su filosofía es: «La fiabilidad en el trabajo bien hecho».

Actualmente, al frente de Edificaciones Baró, y ejerciendo el oficio de constructores, está la sexta generación con los hermanos Jaume y Josep Baró Riera.