El Archivo hace accesibles nuevas entrevistas a antiguos trabajadores de Roca Umbert y actualiza el catálogo documental de la fábrica

Los testimonios se incluyen en el proyecto de fuentes orales “Las voces de la fábrica”, algunos de los cuales participaron en la última tertulia del Archivo

Coincidiendo con la inauguración de la musealización de la Térmica de Roca Umbert, el Archivo Municipal ha incorporado nuevas entrevistas al proyecto de memoria oral «Las voces de la fábrica», que cuenta con el testimonio de más de noventa personas que habían trabajado en la textil Roca Umbert. Son Enrique Lloret, Josep M. Jané, Marcelino Camats, Emili Coma, Carlos Garriga, Montse Cruz, Antoni Homs, Modesto Pozo, Enric Garcia Pey y Ricard Caussa, buena parte de los cuales participaron en la última tertulia del Archivo titulada “Cuando la fábrica Roca Umbert echaba humo”. Estas y el resto de entrevistas están disponibles online en el portal web del Archivo de Imágenes, apartado “Fuentes Orales”.

Por otro lado, el Archivo ha actualizado el catálogo del fondo documental de Roca Umbert, el mayor depositado en AMGr, de fechas extremas 1889-1991, un volumen de 47’6 metros lineales y más de 600 fotografías. El fondo incluye sellos de la empresa, dos planchas de linóleo, cientos de planos y algunos dibujos, y ahora ha incorporado ropa y camisas confeccionadas en los telares de la fábrica con la etiqueta que lo certifica. Puede consultar el catálogo en el apartado Cuadro de Fondo de la web, aquí.

«En Ca l´Umbert rico no te harás, pero el plato en la mesa no te faltará»

Por otra parte, esta semana ha tenido lugar en Can Jonch una nueva tertulia del Archivo, con antiguos trabajadores y trabajadoras de Roca Umbert que explicaron su trabajo y algunas anécdotas y reflexiones de su paso por esta emblemática fábrica de la ciudad .

Enrique Lloret empezó en los años setenta, en la sección de los aprestos (acabados), para más adelante entrar en la calderería, a la espera de una plaza como electricista que nunca llegó. Pasó también por la térmica, hasta que se automatizó, y después a los tintes. Miembro del comité de empresa, explicó que en 1982 lo echaron de la fábrica.

Luego fue el turno de Marcel·lí Camats, que se presentó con la frase «mi vida ha estado siempre en Roca Umbert». De la fábrica de Monistrol pasó a Granollers, en 1966, donde empezó en la sección de la hilatura para más adelante ir a la administración. En 1978 vivió el primer plan de reestructuración y un año después se traslada a vivir dentro de la fábrica, hasta el año 2009. En 1995 -la fábrica cerraba sus puertas en 1991- se incorpora a la plantilla municipal como coordinador del recinto transformado en Fábrica de las Artes. Camats habló del momento del cierre y desmantelamiento de la fábrica, cuando la maquinaria fue a parar a países como Marruecos o Afganistán. En ese momento tuvo la precaución de cambiar el candado de la térmica, si no, «hoy no quedaría nada, la empresa que desmantelaba iba a saco; gracias a esto se puede inaugurar la Térmica».

El padre, el abuelo y el tío de Josep M. Jané trabajaron en Roca Umbert como directivos. Él, químico de formación, estuvo en el laboratorio de la fábrica en 1966 y también hacía traducciones de los nuevos acabados que llegaban con patentes inglesas. Destacó que Roca Umbert era una empresa familiar y que muchas familias de la ciudad tenían un miembro u otro trabajando en ella.

Modesto Pozo empezó en la fábrica en 1962, en las bobinas de color y en la tejeduría. Su labor era reparar los defectos detectados en el proceso de fabricación. Explicó que él había reclamado, en vano, la creación de un departamento de calidad.

Ricard Caussa trabajó en Roca Umbert diez años, de 1944 a 1954. «Contento de trabajar, quise conocer a todos, con el nombre y el apellido». Él vivió el atraco que la empresa sufrió el 31 de mayo de 1947, cuando los maquis se llevaron 75.000 pesetas. «Aquel día las pasamos flacas», recordaba.

Emili Coma era trabajador de Prensas Campos, que llevaba el mantenimiento mecánico de la maquinaria de Roca Umbert; entró en la fábrica por una reparación de hora y media y se quedó 13 años, hasta el cierre: «Vi marchar los telares».

Hermínia Jubany empezó en Roca Umbert a los 14 años, junto a otras dos compañeras. «Cuando el señor Jané supo que veníamos desde la pl. de la Montaña dijo que no bajaríamos”, porque se cansarían. Pero no fue así. Explicó que ella quería trabajar porque sabía que en la fábrica había “calefacción y duchas”. Estuvo en la sección de los bolos y después de ayudante de la encargada de ordenadores. Dobló a los 22 años, al quedar embarazada.

Los participantes en la tertulia coincidieron en alabar las ventajas sociales de la empresa, como la Casa Cuna -la guardería- o la cooperativa, donde podían comprar ropa a mejor precio.

Precisamente de la Casa Cuna se destacó su función integradora, ya que el catalán era la lengua vehicular. «En Ca l’Umbert rico no te harás, pero el plato en la mesa no te faltará», recordó el también antiguo trabajador Toni Cornellas, quien destacó que Roca Umbert marcaba el ritmo de la ciudad y que la gente se sentía allí. muy identificada. Paco Monja, que también había trabajado, lamentó que no haya quedado nada de la antigua fábrica, de maquinaria, mobiliario y objetos de las oficinas, utensilios del laboratorio…: “Si tuviéramos un par de telares por enseñar, serían joyas; sabe mal que se haya perdido este patrimonio.»

La tertulia entera podrá consultarse muy pronto en el portal web del Archivo de Imágenes, en el apartado «Las tertulias del Archivo» dentro de «Fuentes orales».