Melchor, Gaspar y Baltasar han sido fieles a la cita con los niños granollerenses desde 1951 hasta que irrumpió la pandemia
Cuando falta poco para que lleguen los Reyes Magos, el Documento del Mes de enero difunde una carta escrita al Reyes de Can Barbany, que durante cerca de 70 años no han faltado a su cita con los niños granollerinos y de más allá cada inicio de año.
Ahora, Amadeu Barbany, nieto de Amadeu Barbany i Pons, impulsor la iniciativa, ha hecho donación de las cartas escritas a los Reyes de Can Barbany entre los años 1990 y 2020, unas cartas que su padre, Joan, decidió empezar en guardar. Con anterioridad no se han conservado, pero sí durante este último período de treinta años. Son, en total, 10.000 cartas depositadas en 35 cajas (con un volumen de 3,5 metros lineales), que se pueden consultar en el Archivo Municipal (c/Olivar, 10). Leerlas da información curiosa sobre los deseos –personales y materiales- expresados por los niños del cambio de siglo, además de otros aspectos como la caligrafía o los elementos gráficos -ilustración, collage… – que acompañan al texto.
En 1951 los Reyes visitaban por primera vez Can Barbany -entonces Géneros de Punto Barbany- y lo hacían en el fondo de la tienda. Era una actividad del todo innovadora, tal y como recogía la prensa de la época al año siguiente: “No recordemos que en nuestra ciudad en años pasados, hayan instalado los Reyes Magos su trono y palacio en comercio alguno”, y sigue explicando que el impacto popular fue tal que “hubo momentos en que peligraron los magníficos cristales de los escaparates y fue impotente un guardia urbano para urbanizar el tráfico”. A partir de 1966, la recepción se hizo en el vestíbulo de la tienda, de 5 de la tarde a 9 de la noche, donde Sus Majestades recibían a los niños y tenían una conversación con ellos muy personal, porque desde detrás de las cortinas se les proporcionaba información muy útil: «Era bonito y emocionante, cada 1 de enero y siempre en festivo», explica Amadeu Barbany. Durante todos estos años ha habido un montón de anécdotas simpáticas por recordar. El Rey Ros, por ejemplo, estuvo 30 años seguidos o que los de Can Barbany fueron los primeros Reyes que tuvo Granollers, por lo que al inicio dejaron los trajes en el Ayuntamiento para que organizaran los suyos. Hablando de vestidos, durante todo este tiempo han lucido los mismos, confeccionados en los años cincuenta por la abuela de Amadeu, Margarita Pujol Murtra, y que se han ido restaurando, como las coronas que hizo el abuelo.
Esta Navidad, la decoración navideña del establecimiento muestra estos trajes históricos, las butacas, las capas azul, verde y roja de los Reyes y las coronas en el escaparate. Finalmente, después de 69 años, la familia ha decidido poner el punto final a esta actividad presente en el recuerdo de generaciones de granollerines y que, tal y como recuerda Barbany que decía Josep Garrell, es una de las tradiciones más antiguas celebrada de forma continuada en la ciudad, hasta que irrumpió la pandemia, con todos los cambios que ha supuesto.