Los “Árboles que nos iluminan” es el título de la muestra
Esta Navidad, la calle Roger de Flor se llena de luz y reflexión con la segunda edición de la exposición «Árboles que nos iluminan». Del 12 de diciembre al 14 de enero, dieciséis relatos ilustrados mostrarán historias reales que celebran lo mejor de la naturaleza humana, desmintiendo tópicos e inspirando esperanza, tal y como teoriza el historiador y escritor, Rutger Bregman.
«Árboles que nos iluminan» está organizada por el Ayuntamiento de Granollers, con el apoyo de la Diputación de Barcelona y la asociación de tenderos Comerç Ral, que repartirá entre sus comercios unas postales que reproducen los dieciséis relatos. Esta actividad se enmarca dentro del Plan de intervención integral de Primero de Mayo que pretende, entre otros, fortalecer la comunidad del barrio.
Entre las historias elegidas de este año hay varias vinculadas a la lucha por los derechos civiles, representadas por personajes icónicos como Rosa Parks y Martin Luther King, u otros no tan conocidos como Ruby Bridges y Barbara Henry. Como Kasha Nabagesera y Gretel Ammann, dos abanderadas de la diversidad sexual y de género, la primera en Uganda y la segunda en España, o como la familia de Ryland Whittington, que comprendieron y aceptaron con naturalidad a su hijo transgénero.
También encontraremos relatos de solidaridad y empatía como las del Oleg, que arriesgó su vida rescatando a personas mayores en Ucrania, en la guerra que todavía se dirime con Rusia; o la del Chiprer en Granollers, que, desde 1997, cuida y acompaña a las personas que más lo necesitan.
En «Árboles que nos iluminan» descubriremos trayectorias de resiliencia y superación personal como la de Nadia Ghulam, que se hizo pasar por su hermano muerto para poder mantener a su familia y que desafía al régimen talibán desde Cataluña manteniendo varias escuelas para a mujeres. O la historia que protagonizó Dolors Aleu, la primera mujer licenciada en Medicina en España a mediados del siglo XIX que, con mucha perseverancia, conquistó un terreno vetado a las mujeres.
El activismo medioambiental también está presente con Felix Finkbeiner, fundador del movimiento Plant for the Planet, que trabaja desde que era un niño para reforestar el planeta como antídoto contra el cambio climático.
El poder de la educación y las artes están representados con historias como la de la West-Eastern Divan Orchestra, impulsada por Daniel Barenboim y Edward Said, o la de Imagine, versionada en hebreo, árabe e inglés por Khaled y Noa, que muestran cómo la música y la educación pueden unir a personas de mundos aparentemente irreconciliables.
También hay historias de personas o entidades comprometidas en hacer del mundo un lugar más humano y empático como Faustina Mata que, con su filantropía, contribuyó de forma significativa a la construcción del Hospital de Granollers que se inauguró en 1923. O bien la acción que llevó a cabo el club de fútbol del AIK Solna, de hacer desfilar a personas mayores acompañando al equipo, rompiendo barreras generacionales y mostrando que el deporte es para todos.
Otra de las historias de coraje es la de Paul Rusesabagina, que, como gerente de un hotel, protegió y salvó muchas vidas, tanto de tutsis como de hutus, durante el genocidio de Ruanda, en 1994.
Estas historias, diversas pero entrelazadas por su humanidad, nos recuerdan que pequeñas acciones pueden tener un profundo e inspirador impacto en la sociedad.